Selene Libertador consolida el nuevo lujo residencial en La Lucila, el corazón de zona norte

Ubicado en La Lucila, uno de los barrios más elegantes y residenciales de zona norte, y a poco más de un año de su inauguración, Selene Libertador se posiciona como uno de los desarrollos más representativos del nuevo lujo contemporáneo. En un entorno de casonas tradicionales, calles arboladas y cercanía al Río de la Plata, la torre propone una nueva forma de vivir el confort, integrando arquitectura de autor, arte y vistas abiertas al paisaje ribereño.
El diseño de Selene prioriza la espacialidad, la calidad constructiva y la elección de materiales nobles, creando ambientes amplios, versátiles y sofisticados. El paisajismo y la iluminación fueron pensados como parte esencial de la experiencia cotidiana, generando atmósferas cálidas tanto en los espacios interiores como en las áreas comunes.
Ubicado en el cruce de Avenida del Libertador y Darwin, en La Lucila, Vicente López, este desarrollo de GCH (Grupo Chomer) fue concebido como una pieza arquitectónica escultural. A solo 15 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, la torre se integra armónicamente en un entorno residencial de baja densidad y gran valor patrimonial, ofreciendo vistas ininterrumpidas al río desde todas sus unidades, maximizando la luz natural y la conexión con el entorno natural.
Con una inversión de US$ 40 millones, el proyecto fue diseñado por el prestigioso estudio MSGSSV (Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Vinson Arquitectos), y cuenta con un enfoque que incluye también la colaboración de especialistas de ingeniería, paisajismo e iluminación en todos los estadios del proyecto. El resultado es una torre de 18 pisos con líneas modernas y limpias, de geometría singular, que alberga 40 residencias de lujo de 3, 6 y 9 ambientes, incluyendo semipisos y penthouses que van desde los 123 m² hasta los 488 m². En este sentido, Damián Vinson, arquitecto socio del estudio MSGSSV, resalta “El contraste entre el hormigón armado, el vidrio y aluminio resalta la elegancia de las unidades reflejando una armonía entre el interior y el exterior”.
En sus más de 1.000 m² de amenities, el edificio propone una experiencia de confort y bienestar sin precedentes: cavas privadas, spa, sala de masajes, piscinas cubiertas y descubiertas con vista al río, solarium, health club, gimnasio de última generación, salón de usos múltiples (S.U.M.), open kitchen, biblioteca, business center, laundry, patio inglés, bauleras, vigilancia 24 horas y cocheras.
Por otro lado, desde su concepción, el edificio asumió el desafío de elevar el estándar de elegancia residencial en zona norte. Este compromiso no solo se expresa en sus espacios y servicios, sino también en su apuesta por integrar el arte a la arquitectura. Así nació el Premio GCH, un concurso federal que convocó a artistas de todo el país a intervenir el edificio con una pieza original concebida especialmente para la fachada del edificio. La obra ganadora de la primera edición fue “Geometría afectiva”, de la artista argentina Elba Bairon, se destaca por la fluidez de sus curvas y una forma que parece no tener principio ni fin, evocando un abrazo infinito. Su presencia genera un nuevo diálogo entre la arquitectura, el paisaje urbano y la expresión artística.
“Selene Libertador representa una nueva forma de habitar la ciudad a través de espacios que no solo responden al confort y al diseño contemporáneo, sino que también inspiran. Desde el primer boceto de este proyecto, buscamos desarrollar un edificio que marque un antes y un después en la arquitectura de La Lucila, elevando el estándar del lujo residencial con una propuesta arquitectónica que conecta arte y naturaleza”, afirma Ezequiel Leibaschoff, director comercial de GCH (Grupo Chomer).
En este marco, Selene Libertador se consolida como un nuevo ícono del lujo residencial en zona norte. Su diseño arquitectónico, la calidad de sus materiales y la propuesta integral de amenities elevan la experiencia cotidiana y redefinen el estándar de lo que significa vivir con sofisticación y confort. Más que un edificio, representa una apuesta a largo plazo por una ciudad que evoluciona sin resignar elegancia, identidad ni excelencia constructiva.